Como trabajador pobre, tener una amante era algo en lo que no se atrevía a pensar. Afortunadamente, un día cerca de la obra, había una hermosa chica que pasaba a menudo por mi lado. Al verla hermosa, inmediatamente me fijé en ella. Como si ella también me estuviera mirando, programé deliberadamente una cita para reunirme con ella e inmediatamente le pedí que viniera a mi casa a arreglar la plomería, pero en realidad no había ninguna tubería con fugas, solo su puerta tenía fugas. A estas alturas ya conozco las intenciones de esta hermosa chica y realmente soy un trabajador afortunado.
El trabajador afortunado - Ichika Hoshimiya
