Cuando era niña, amaba en secreto a mi vecina pero no me atrevía a confesarlo. No fue hasta que fui adulta que reuní el coraje para abrir la boca y dejar que ella se convirtiera en mi amante. Duró mucho, pero la amabilidad fue la clave que me hizo perder a mi amante de mi mejor amigo extranjero negro.

Bien por ti pero te robaste a tu amante - Oka Erina